jueves, 29 de octubre de 2009

Entre la Religión y el parchís


Acabo de leer este artículo de un periódico de Oviedo. Aunque esta comunidad nos queda lejos es bueno que conozcamos lo que está ocurriendo en otros lugares. Aquí os envío dicho artículo para el que esté interesado pueda leerlo. Saludos a todos


Entre la Religión y el parchís


La ley prohíbe «reforzar conocimientos» a los niños y adolescentes que no escojan la enseñanza religiosa y crea horas muertas en los colegios



Oviedo, Eduardo GARCÍA

¿Cuál es la alternativa a la Religión en los colegios e institutos de Asturias? la respuesta es ninguna. La Religión es una asignatura de oferta obligatoria para los centros y de oferta voluntaria para los alumnos, y que no cuenta a la hora de la nota final media. Así lo decidieron el Gobierno de España y el Vaticano con la firma del Concordato entre ambos estados. El Concordato tiene años, pero los problemas del día a día escolar son de ahora.

Los niños y adolescentes que no escogen clase de Religión no tienen derecho a aprovechar esa hora lectiva estudiando contenidos evaluables. El asunto colea desde los inicios mismos de la LOGSE, la polémica ley de educación nacida durante el primer periodo de poder socialista y que acaba de perder su vigencia con el comienzo del actual curso escolar. Su sustituta, la LOE, tampoco arroja luz.

Si los niños ajenos a las clases de Religión no pueden estudiar otras asignaturas, ¿qué hacen? La mayoría de los sindicatos de la enseñanza en Asturias piden que se concreten las normas. «Los centros tienen autonomía», recuerdan desde el sindicato ANPE. «La religión no debería estar incluida en el horario lectivo obligatorio. Es una asignatura que está condicionando el horario del resto del alumnado», denuncian desde la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras.

Es verdad que los centros deciden, pero quienes lo hacen verdaderamente son los profesores de alternativa que se quedan en esas clases ajenas a la Religión. Unos plantean actividades educativas y recreativas, sobre todo en Primaria; otros dejan hacer los deberes y alguno se «olvida» de la norma y enseña materia evaluable. No es un asunto fácil de controlar. «Esto es un cajón de sastre, nadie sabe a qué atenerse», asegura Paco Redondo, de ANPE, sindicato con notable representación entre los aproximadamente 300 profesores de Religión en el Principado.

La LOE denomina a esa clase para los niños que no escogen Religión como de Atención Educativa Debida. La ley pide que en esa hora se dé a los niños «una debida educación pero sin reforzar el conocimiento». Se trata de no dejar en desventaja a los escolares que cursan Religión porque mientras ellos estudian una asignatura que no va a ser reflejada en las notas medias, sus compañeros pueden estar ganando terreno en otras asignaturas sí evaluables. Un profesor de Atención Educativa Debida podría entrar en clase con un tablero de parchís y dejar que los alumnos echen la partida. En Asturias la Consejería de Educación ni entra ni sale. Esto es una ley de ámbito nacional y poco se puede hacer desde instancias autonómicas. Lo más, recomendar a los profesores un uso útil de esa hora muerta.

A medida que los niños crecen la elección de la asignatura de Religión desciende. Hay amplia mayoría «religiosa» en Primaria, menor en Secundaria Obligatoria y tan sólo de un 25% en Bachillerato. Cuando hace meses la Consejería de Educación presentó la propuesta del nuevo Bachillerato, excluía la Religión del horario lectivo obligatorio. Es decir, trasladaba a los estudiantes que escogieran la enseñanza religiosa a la séptima hora. Los colectivos defensores de esta asignatura voluntaria pusieron el grito en el cielo: dejar a los escolares en clase de Religión mientras sus compañeros se iban para casa era todo un «estímulo» para que los chicos pasaran de la enseñanza religiosa. La Consejería cedió e incluyó la Religión en horario convencional, «algo inconcebible» dice el portavoz de CC OO Luis Fernández León.

María Victoria Hernández es profesora de Primaria en el colegio público de Soto de Luiña (Cudillero). En ocasiones le toca jugar el papel de docente de Atención Educativa Debida. «Solemos organizar actividades de lectura, a veces en la misma Biblioteca». Otra alternativa son los programas de activación de la inteligencia «pero nos enfrentamos a un hueco muy grande que habría que rellenar de algún modo». En el colegio de Soto de Luiña son «amplia mayoría» los niños cuyos padres han elegido clase de Religión.

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