domingo, 27 de junio de 2010

CARTA DE LOS ALUMNOS DE 6º CURSO A NUESTRO PÁRROCO ILDEFONSO


Para cerrar este curso que ha estado dedicado al Año Sacerdotal, por conmemorarse el 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney “El Cura de Ars.”, patrón de todos los sacerdotes católicos, los alumnos de 6º curso han confeccionado cartas dirigidas a nuestro párroco, Don Ildefonso.
A continuación paso a exponer dichas cartas.

Así ven nuestros alumnos a Don Ildefonso: Ubrique, Junio 2010

María Sánchez, en primer lugar y dirigiéndose al sacerdote en general; nos dice:

¡Hola!, os voy a hablar un poco sobre la vida de un cura. Es dura porque está para todo. No tiene a nadie que le haga de comer, ni que le lave la ropa… Pero lo que sí es bonito en la vida de un cura, es que siempre está abierto para todas las personas, no sólo para realizar comuniones o bodas sino también para aquellas personas que se están muriendo y que quieren morir con Dios. Los curas no pueden estar con su familia aunque es duro dejarlas, porque tienen ese corazón tan grande que quieren dedicar su vida a Dios.

Ya, de forma particular y dirigiéndose a nuestro párroco, Don Ildefonso, Elena y Elisa nos cuentan:

Sabemos que tu trabajo es muy sacrificado: nos da los Sacramentos, nos anima a ser familia de la Iglesia, nos dice que vayamos cada domingo a misa. Sabemos lo duro que es cuando no vamos a la iglesia y está vacía.
Nos has enseñado a amar a Dios y ser buenas personas, saber perdonar y no ser rencoroso.
Por todo esto te damos las gracias de todo corazón y te deseamos una vida feliz, ¡que te la mereces!

A continuación, Juan comenta:

Yo creía que el trabajo del cura era nada más que dar misa, pero ahora sé que trabajas mucho y cobras muy poco. Además, la señorita de Religión nos ha contado que el trabajo que haces es muy importante para el pueblo.
Nos ha dicho que ayudas a los pobres. Que si una persona está enferma y quiere hacer la misa, tú vas a su casa y le das la hostia. Yo creo que tú significas mucho para el pueblo y para nosotros los niños.

Cristina y Paula escriben:

Esta carta que te dirigimos a ti, querido cura, que estás siempre en la iglesia, que no tienes días libres ni vacaciones. Que siempre tienes muchas cosas que hacer y cuando estás cabreado siempre pones una sonrisa de felicidad. Tú que estás sólo en la iglesia y todo lo manejas perfectamente bien. Tú que, cuando tienes que dar misa te tienes que cambiar de traje a cada instante. Que estás todo el día para allá o para acá, dando ayuda a los que lo necesitan y no pones ni una queja.
Tú que siempre das las comuniones y los bautizos y soportas a la gente que se pone en la puerta de la iglesia a charlar y no les llamas la atención.
Estés cabreado con una persona o peleado, tú nunca le deseas el mal a nadie, siempre el bien. Tú que eres la única persona que cuida la iglesia, aunque tienes poca ayuda, la tienes muy bonita. Siempre haces el recorrido de la Semana Santa te canses o no te canses.
Con todo esto, solamente lo que queremos demostrar es que el trabajo del sacerdote es muy duro aunque no lo parezca.

Además, Rafael ve a nuestro párroco así:

Quería darle las gracias por hacer las misas tan bien, por lo amable que es con todos nosotros y por orientarnos a todos los cristianos hacía el bien. También porque siempre estás trabajando.

Para terminar, Edu nos dice:

Querido Ildefonso, cura de Ubrique. Te escribo esta carta para decirte que gracias por los trabajos que haces dentro y fuera de la Iglesia, por ser tan amables con todos los cristianos y los que no lo son. Porque siempre das todo tu amor y cariño a todo el mundo; siempre ayudando a las personas que más lo necesitan y siempre acompañando a las procesiones como un ubriqueño más…
Te deseo que sigas como siempre, que eres el mejor cura de pueblo que hay encima de la tierra. Y que sepas que aquí tienes un amigo para lo que quieras.

Los alumnos de 6º curso

miércoles, 16 de junio de 2010

¿QUE HACEMOS CON NUESTROS HIJOS EN VACACIONES? Curso 2009-2010


Termina el curso, un año más en la experiencia escolar. Los alumnos guardan sus mochilas para pasar a ser niños a tiempo completo y los padres, mientras tanto, se preguntan ¿Qué hacer con nuestros hijos durante las vacaciones? ¿Qué hacer para que no se aburran?

Los niños esperan con ansías la época de vacaciones y es que al igual que los adultos necesitan de ellas para despejarse de las tareas que han tenido durante el año; es tiempo de descanso y si no es así, las vacaciones terminarán siendo tan exigentes como el periodo escolar. Por otro lado existe la preocupación de los padres sobre qué hacer con sus hijos mientras muchos de ellos trabajan, con el temor de que este periodo del año se convierta en una época de descontrol, difícil de manejar puesto que dejarán de estar ocupados.
Ante este temor, son muchos los padres que se preguntan ¿Qué hacer ante tanto tiempo libre? Son muchos los expertos que nos aconseja que, teniendo en cuenta las características de los niños y las recomendaciones de sus profesores, debemos tener en cuenta lo siguiente:
• Las vacaciones no debe ser sinónimo de descontrol, por el contrario los padres deben procurar que se respeten los horarios de sueño y comida de los niños, aunque éste no sea tan riguroso como en la etapa escolar, es necesario que el niño mantenga sus hábitos diarios y que éstos no se pierdan.
• Pongámonos en el lugar del niño, si queremos mantenerlo ocupado inscribiéndolo en un programa de vacaciones, pensemos ¿nos gustaría a nosotros seguir con las clases cuando hemos esperado con ansias la llegada de las vacaciones? Las vacaciones deben ser en todos los casos periodos de descanso y de diversión. Sólo en el caso de que el niño lo necesite deberá seguir programas de recuperación.
• Las vacaciones deben ser recreativas y divertidas para el niño, ahora nuestros hijos deben experimentar nuevas opciones, diferentes a las del periodo escolar; no es beneficioso recargarlo con más cursos ya que durante casi todo el año se ha estimulado la parte lógica del cerebro, aquella que está relacionada con las materias que se han dado en la escuela. Ahora es necesario estimular la otra parte del cerebro, la parte creativa, de esta manera estaremos favoreciendo el desarrollo y la educación integral del niño.
• Es conveniente escoger talleres recreativos teniendo siempre en cuenta los gustos y preferencias del niño, además de brindarle periodos de relajación y diversión, estaremos estimulando su creatividad y las diferentes formas de expresarse, desarrollando su talento y habilidades.
Aprovechar las vacaciones para compartir el tiempo con nuestros hijos, descubriendo juntos actividades divertidas que además de desarrollar habilidades y talentos, reforzarán las relaciones familiares. Y sobre todo, jugar, jugar, jugar pues a través del juego nos meteremos en su pequeño mundo y descubriremos qué es lo que les gusta y les haremos sentirse especiales, importantes y queridos.

¡FELICES VACIONES A TODOS!

domingo, 6 de junio de 2010

MIS QUERIDOS ALUMNOS DE 6º CURSO Ubrique, Junio de 2.010

Como cada año, al llegar estas fechas tengo sentimientos encontrados. Por una parte alegría por comenzar las vacaciones y, a la vez, añoranza por aquellos alumnos que se van. Como siempre, aparecen miles de interrogantes: ¿Habrán aprendido lo suficiente? ¿Les habré ayudado a ser mejores personas? ¿Qué les espera a partir de ahora? ¿Serán felices…?

Esta profesión nuestra tiene eso, vivimos con la utopía de intentar sacar lo mejor que cada niño lleva dentro. Sí, realmente ser profesor es una de las labores más bonitas que existen. Pero no todo es tan idílico en esto; hemos tenido nuestros más y nuestros menos. Ha habido tiempo y lugar para todo: hemos reído, nos hemos enfadado, hemos aprendido y nos hemos esforzado, hemos sido buenos compañeros y otras veces hemos fallado….

Es cierto que las despedidas suelen ser tristes, pero hoy aquí estamos celebrando que hemos terminado una etapa en nuestra vida, y las celebraciones suelen ser motivo de alegría. Por tanto, queridos alumnos de 6º, os quiero ver contentos.

Hemos compartido muchas horas de nuestras vidas y esto es difícil de olvidar. Hemos pasado buenos momentos, aunque no debemos olvidar que lo que teníamos en común era llevar a cabo una gran tarea: formaros como personas y esto, siempre, requiere esfuerzo. Me quedo con esos gratos recuerdos y aprenderé de aquellas situaciones que no han sido tan agradables.
Me costará trabajo, mucho trabajo, saber que ya no os voy a dar clase, que ya no podremos echar esos buenos ratos. Echaré de menos esa pizarra que me encontraba en la clase de 6º A, la cual aparecía llena de piropos hacía mi persona. Me costará trabajo olvidar vuestras caras alegres y, sobre todo, recordaré con agrado el buen clima que ha existido en los tres sextos a los que he dado clase.
Os quiero dar las gracias por esos buenos momentos que hemos pasado, por haberme enseñado tantas cosas, por permitirme compartir con vosotros esa ingenuidad y esa espontaneidad muy propia de los niños. Es cierto que no todos habéis respondido de la misma manera a los objetivos que me tenía planteado, y es que no todos podemos ser iguales; a veces somos buenos en matemáticas pero no podemos bailar con gracia…
Me gustaría que recordarais que lo más importante es que el día de mañana seáis hombres y mujeres de bien, sea cual sea vuestro trabajo; lo importante es hacerlo de la mejor manera posible. No tener miedo por los nuevos desafíos que os esperan, y si por alguna razón tropezáis, esos momentos serán de crecimiento, de madurez y de experiencia de vida y no olvidéis nunca que si necesitáis de mí, aquí me tenéis.
Un recuerdo muy especial para José Alberto, que siempre está con nosotros.
Sólo me queda, desearos unas vacaciones felices; daros las gracias por la confianza que habéis depositado en mí y, una vez más, deciros que os esforcéis para poder llegar a ser auténticas personas, y que seáis muy felices. Adiós, muchachos y muchachas. Adiós, mis queridos niños de 6º. Adiós.
Con cariño, vuestra profesora de Religión.