En
Pentecostés se celebra el descenso del Espíritu Santo y el inicio de la
actividad de la Iglesia, por ello también se le conoce como la celebración del
Espíritu Santo.
La
fiesta de Pentecostés es uno de los Domingo más importantes del año, después de
la Pascua.
En el calendario cristiano con Pentecostés termina el tiempo pascual de los 50 días. Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, forman una unidad. No son fiestas aisladas de acontecimientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único misterio.
Aunque
durante mucho tiempo, debido a su importancia, esta fiesta fue llamada por el
pueblo segunda Pascua, la liturgia actual de la Iglesia, si bien la mantiene
como máxima solemnidad después de la festividad de Pascua, no pretende hacer un
paralelo entre ambas, muy por el contrario, busca formar una unidad.
El Domingo de Pentecostés se celebra la Romería del Rocío en
la localidad de Almonte en Huelva. Cada año,
millones de peregrinos de todas partes del mundo comienzan un trayecto a pie, a
caballo o en carretas para llegar a su destino, La Ermita del Rocío.
La Romería comienza el sábado vísperas de Pentecostés a las doce
de la mañana, con la presentación de las Hermandades Filiales en riguroso orden
de antigüedad ante las puertas del Santuario. El Domingo de Pentecostés tiene
lugar la Eucaristía, la Misa Pontifical. La salida de la Virgen del Rocío en la
madrugada del lunes de Pentecostés se realiza el tradicional «el salto de la reja»
y posteriormente se sacan a la Virgen que llaman «Blanca Paloma» en procesión y
la llevan en hombros por la aldea.
En esta romería
se le canta a la Virgen una de las más bellas oraciones: La Salve Rociera. Os
invito a ver este vídeo.
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